"On n'est pas dans le futurisme, mais dans un drame bourgeois ou un thriller atmosphérique"
ORDOÑO: ¿Conde? LISUARDO: ¡Senor! ORDOÑO: Escuchad. La memoria de los reyes hace asegurar las leyes del temor y la lealtad, con el premio y el castigo que son los polos por donde suelen navegarse, conde, estos dos mares que digo. Porque la difinición de la justicia es igual medida que cada cual con la pena o galardón da lo que le toca. Yo estoy de vos obligado, y vos no tan bien pagado como el valor mereció de vuestra heroica persona, puesto que para pagallo es poco con tal vasallo partir, conde, la corona, y por ver si corresponde la paga al valor igual, quiero hacer un memorial de vuestros servicios, conde. Cuando el moro de Navarra, en ofensa de León quiso hacer ostentación de su persona bizarra, saliendo yo con la mia del marte alarbe navarro, al paso, vos tan bizarro anduvistes aquel dia que nos dimos la batalla, que cuerpo a cuerpe le distes muerte y en fuga pusistes toda la alarbe canalla; y tanta africana luna metistes de esta ocasión arrastrando por León, que envidié vuestra fortuna mas que la de haber nacido rey, en fin, porque es mayor imperio el que da el valor que el que en la tierra han tenido los principes que nacieron con la dicha de heredallo; que a tan valiente vasallo reyes llegar no pudieron. Cuando sobre el feudo entró Garci Fernandez, el conde de Castilla, hasta adonde el Esla los pies banó a sus soberbios caballos, sobre la puente del rio no mostró el romano brio de Horacio para estorballos el paso mas valentia que vos, pues a voces dijo que erais rayo, que erais hijo del sol, Castilla, aquel dia. Cuando el moro cordobés las cien doncellas pidió que Mauregato le dio, rey infame, vil leonés, y le obligó mi respuesta a que pusiese en campana de la morisma de Espana cuanta gente al arco apresta, adarga embraza y empuna, lanza jineta aprestando otro berberisco bando por la gallega Coruna haciendo empenar el suelo y que el África se asombre, ¿no levantastes el nombre de Ordono segundo al cielo? Si estos los servicios son del conde don Lisuardo, y hacerle merced aguardo, una Infanta de León, legitima hermana mia, sola los basta a pagar, y hoy la mano os he de dar; de mas de que merecia vuestra sangre este favor, que no sera la primera que honrar vuestra casa espera.
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